La contemplación para sanar heridas internas
Cuando nos lastimamos, las heridas surgen y
nos dedicamos a sanarlas. La sanación significa volver el área del cuerpo a su
estado original.
Sin embargo, lo que pocos entienden es que
la herida es en sí mismo el comienzo de la sanación: es la respuesta del cuerpo
a algo que no está bien y el comienzo de la solución. El problema no es por lo
tanto la herida, sino el sistema inmunológico – si éste no funciona
apropiadamente, es probable que la herida se infecte o que la solución
propuesta por el cuerpo acabe siendo peor que el problema.
Un amigo mío, Mike George, ha escrito el
libro El sistema inmunitario del alma,
donde hace una correlación entre el proceso de sanación del ser con el proceso
del cuerpo, pero si aún no leíste este libro, aquí te entrego una medicina para
poder sanar el malestar interno, esta sensación negativa que a veces suele
existir en nuestra mente, el corazón y el intelecto: la contemplación.
Contemplar implica en primer lugar buscar
el silencio interno. Claro que ayuda preparar primero el silencio externo, pero
el esfuerzo es interior. Es callar la mente de pensamientos negativos e inútiles,
llenándola con sensaciones positivas.
Es ir más allá de la problemática,
enfocándose más bien en la visualización y experimentación del estado sano y
pleno del alma.
Contemplar sana el ser… Experimenta, temprano
en la mañana, en un sitio tranquilo y silencioso, y verás que las heridas que
tienes se cicatrizarán y en un momento, te sentirás con tu salud interior
recuperada.
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