Ikigai para trabajar feliz



¿Cómo el ikigai te puede ayudar en tu trabajo específicamente?
 
Bueno, tienes que trabajar… ¡Te toca!, ¿correcto? ¿O lo harás con amor… pasión… energía…?

Este es un reto moderno para la mayoría de ciudadanos del mundo que pasó de lo rural a lo urbano. Si eres de los que maldicen los lunes o jefes que les encantan pedir que vengas a trabajar sábados o que te quedes hasta más tarde, el ikigai tiene una sorpresiva solución.



Primero, identifica en tu trabajo los aspectos que realmente amas. No es necesario amar todo lo que haces, pero hay por lo menos un factor que quieres mucho. Puedes que necesites de un coach, un jefe amigo o un gran amigo que no sea tu jefe para descubrir eso, pero de ahí depende de que transforme tu vida laboral en una vida de placer y descubrimiento.

Segundo, encuentra las oportunidades de que muestres aquello en lo que eres bueno. Mira, la empresa quiere que hagas algo, no importa si te guste o no… Sin embargo, si superas el malestar de tener que hacer algo que no quieres, verás que siempre hay (EN TODAS PARTES) posibilidades de hacer aquello en que eres bueno y, consecuentemente, experimentar placer al trabajar.

En vez de quejarte de tu trabajo, haz el ejercicio de enfocarte en lo que te gusta y en las posibilidades de mostrar aquello en lo que eres bueno y eso convertirá el trabajo en parte de la realización de ser humano.

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