Al experimentar claridad, la felicidad es natural

Una vida feliz no significa que no haya obstáculos y dificultades. En realidad, muchas de las personas más felices del mundo tienen demasiadas barreras y su estado de felicidad vino exactamente de esos problemas.

La conexión de las situaciones adversas y la felicidad está basada en como se llega a la victoria, no tanto en la victoria. Hay varios caminos para eso, pero el que más da felicidad es el que hace llegar a la realización.

Sí, puedes fortalecerte y luchar contra los obstáculos, o ser más ágil y evadirlos; ambos te cansan y la felicidad lograda no es tan dulce como la que viene de la realización personal, de la capacidad personal de discernir el camino correcto.

Por ejemplo, si lo que me quita la felicidad es la relación que tengo con mi pareja, tal vez parezca más fácil luchar contra esa persona, hasta que logre separarme de ella. O entonces, evitar hablar con ella, posponer conversaciones profundas y simplemente convivir. Ambas son soluciones, no cabe dudas, pero no me darán mucha felicidad: en la primera, perderé no sola la pareja sino el amigo o compañero, el soñador con quien compartía mis locos proyectos; en la segunda posibilidad, alimentaré un clima de tensión.

Sin embargo, si me doy el tiempo para sentarme y dialogar conmigo mismo, buscando entender las circunstancias… este tiempo invertido dará frutos porque tendré claridad sobre las razones que nos hicieron llegar a esta situación y probablemente, detrás de una razón, hay una solución…

La introspección necesaria para discernir bien la ruta a seguir dará un dulce fruto de felicidad que perdurará.


(Los 8 principios para permanecer feliz)



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