Adaptarse es el camino más fácil para ser feliz
En la naturaleza, las especies que más sobreviven no son
necesariamente las más fuertes, sino las que más se adaptan y lo mismo pasa en
la sociedad humana, pero hay dos tipos de adaptación: la primera es la del
camaleón que cambia según el momento; la segunda son las plantas que cambian su
forma en búsqueda de recursos.
El problema con la adaptación del camaleón es que hay un
límite. Cuando miramos al ser humano, los tiempos actuales han roto todos los
límites posibles en aspectos sociales, económicos, políticos, ambientales, etc.
lo que hace que adaptarse a partir del ambiente no sea funcional.
En mi infancia, solía pasar las vacaciones con mi abuela en
la playa; un día salimos y la abuela dejó una enorme olla llena de agua para
hervir. La idea era que al regresar, ella haría una sopa (su plato favorito…). Sin
embargo, cuando volvimos, ¡la sorpresa! Un sapo había entrado a la casa y
saltado a la olla, generando una horrible sopa de sapo.
Nos estamos adaptando tanto que perdemos el sentido de vivir
y llega el momento en que ya no somos capaces de amoldarnos a nuevos cambios; nos
convertimos en sopa para una sociedad que elimina profesiones más rápidamente
que especies, donde familias están siendo destruidas y sueños pulverizados.
En contraste, una pequeña planta nació en una roca – todavía
sigue allí. El tanto de tierra que usa la planta no justifica que esté viva,
además es una zona de montañas donde nieva durísimo; no es posible que exista,
pero está.
Las plantas y la naturaleza en general se adaptan a los
cambios, buscando formas de optimizar el uso de los recursos. Es la adaptación
positiva que ha impedido, afortunadamente, que los seres humanos acabáramos con
el medio ambiente.
La lección es clara de que nuestra felicidad será mucho más
fácil si aprendemos a cambiar nuestra vida y encontrar los recursos necesarios,
aunque no sean visibles. Es hora de darle buen uso a los recursos de los pensamientos, del
tiempo, de la energía y todo que está relacionado con el ser.
(Los 8 principios para permanecer feliz)
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