Desarrollo integral humano en un entorno organizacional
Como consultor de empresas, enfocado a la parte humana y su
desarrollo, una de mis tareas es convencer las organizaciones que vale la pena
invertir en la gente y, les cuento, ¡no es nada fácil!
No es difícil entender por qué: las organizaciones fueron
creadas como algo más que el ser humano, en realidad, para existir más allá de
cualquier persona. Al comienzo, llegaban a las organizaciones con talentos
básicos necesarios para funcionar y hacer que la organización funcione.
En realidad, desde niños las personas ya eran preparadas
para tareas futuras: un príncipe era educado a ser un rey y el hijo de un
carpintero aprendía las labores de su padre. Por lo tanto, al llegar a una
organización tan grande como un reino o tan pequeña como un taller de
carpintería, el joven estaba listo.
Asimismo en lugares como la India antigua, los reyes
entregaban el reino a sus hijos antes de morir, lo que permitía que el nuevo
rey pudiera tomar más de su padre en términos de experiencia, y algo similar
sucedía con los carpinteros.
En ese orden natural se desarrollaron las bases de todas las
organizaciones que existen hoy, pero no han logrado evolucionar lo suficiente
para comprender que las personas que llegan no vienen preparadas.
Tal vez les falta conocimiento o técnica, pero lo principal
es ese espíritu de pertenencia a la nueva organización o a su propia carrera. Es
decir, el príncipe no es educado adecuadamente a reinar, viviendo más bien por
ahí, haciendo de todo un poco, y el futuro carpintero probablemente no quiere
serlo, pero por falta de opciones tuve que seguir esa carrera.
Y eso se extiende a gerentes y supervisores, operarios en
una fábrica y vendedores. ¿Qué hacer entonces?
Lo lógico sería revisar el esquema educativo, algo que en
muchas partes se hace, de forma que la persona ya sepa dónde irá a trabajar aún
antes de salir de su escuela. Pero sigue siendo insuficiente, pues cada persona
enfrentará retos únicos a su carrera y posición.
Por ejemplo, ¿qué hace un jefe de supervisores cuando ellos
no lo quieren obedecer y permiten que sus empleados vean el partido de fútbol,
cuando deberían estar finalizando la producción de un importante pedido? Especialmente
si tienes en cuenta que el jefe es veinte años menor que la mayoría de
supervisores…
Sí, él fue bien preparado, tiene un título bueno en una muy
buena universidad y es muy inteligente, pero eso no hace que sus subalternos
automáticamente lo respeten.
Hace un tiempo, la conversa con una amiga motivó a una idea
que me parece clave y que puede funcionar muy bien a nivel organizacional. Son las
6 S y siento que son un modelo humano que puede ayudar a cada organización a
entender porq
ue debe ayudar a la persona.- Lo primero que hay que trabajar es el self (ser), ayudando a la persona a consolidar su autoestima y un reconocimiento verdadero de sí mismo. A cambio, la organización gana alguien con mucha Calidad Profesional, quien buscará esmerarse en sus actividades.
- Al ayudar a su gente a superarse en todos los aspectos de vida, incluso su carrera, la persona va más allá de sus capacidades originales, regalando a la organización Resultados Extraordinarios.
- Una de las cosas que las personas menos esperan es tener que trabajar con alguien diferente de sí mismas. Al apoyar el desarrollo social, la organización fomenta el trabajo en equipo y obtiene Proyectos Exitosos.
- Dentro de lo básico, está la parte de salud, en las diferentes dimensiones. Cuando una organización le da a su empleado una larga licencia de maternidad o incluso de paternidad, genera Mayor Compromiso y sentido de pertenencia.
- Los incentivos financieros ($) también tienen un rol en la Retención del Talento.
- Por último, fomentar la creatividad genera Innovación de procesos y productos.
Como todos de alguna forma vivimos en organizaciones, este
esquema es valioso para todos, reyes y carpinteros, gerentes y madres.
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