Motivando…
En algún momento de la historia, principalmente gerencial, el
sistema de MANDAR en otros cambió profundamente. Hoy en día, es posible que un
jefe al tratar de mandar a alguien, termine quedando sin esa persona.
Aún hay algunos dinosaurios (jefum mandarius) por ahí. La extinción completa no ha sucedido,
pero el sistema de remplazo de órdenes tampoco está claro. Después de todo, la
tarea de un jefe o gerente es hacer que las cosas se hagan, así que debe
recurrir a varias herramientas para que las personas realicen lo que tienen que
concretar. Sin mandar…
Una de las maneras que muchos gerentes han logrado éxito es
a través de motivar a otras personas, lo que los hace similares a padres,
líderes en general y vendedores. Motivación sin embargo no es una ciencia
exacta y es difícil entender qué motiva a alguien.
En uno de los mejores videos que he visto, Sid es un
supervisor que no tiene mucho interés en motivar a su gente. Algo sucede en su
vida como padre y él descubre la importancia de la motivación.
En un momento logra hacer que su turno, el menos productivo,
pasara a ser el más productivo. La motivación ofrecida por Sid fue un pan de pasas hecho por su esposa. Al llegar
al día siguiente, constata que todos cumplieron, dieron lo mejor de sí y se
ganaron la increíble recompensa.
La empresa, al conocer lo que hizo Sid, decidió ofrecer algo
aún mejor: un almuerzo completo en un buen restaurante. Resultado: ¡nada! En realidad,
aparentemente la productividad disminuyó…
El truco está en motivar desde el corazón, desde la
experiencia personal. Fórmulas y recetas preparadas con anterioridad, guiones,
dinero, todo eso puede motivar temporalmente, pero eventualmente la novedad se
acaba.
Motivar a otros empieza en ti mismo.
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