El poder de servir a los demás
Uno de los
procesos dentro de mi viaje espiritual que más tardé en asimilar fue el del
servicio a los otros.
Eso se debe
a que para servir a otros, especialmente en el campo humanista, tienes que
primero servirte a ti mismo.
Hoy, ya
puedo observar el valor de servir a otros y el poder que esto me entrega. Sí,
parece paradójico que al servir a otra persona terminas sirviéndote a ti mismo.
Antes creía que primero tenías que asimilar lo que vas a entregar a otros; hoy
he descubierto que al entregar algo a los demás, especialmente algo que no
sabías que tenías, eso hace que surja en tu ser con toda fuerza.
Cuando no
te sientas bien, cuando las cosas no estén funcionando o simplemente cuando te
sientas solo, sal de tu espacio a servir a otros, según tu especialidad,
creencia y valores. Verás como el servicio actuará como una operación
quirúrgica, removiendo el tumor de la tristeza del alma.
El segundo
beneficio es más sutil que el anterior y se llama BENDICIONES. Mira, cuando
tienes que pasar por algo es como saldar una cuenta: no hay salida, lo único es
saldarla... Sin embargo, imagina si a la hora de saldar una cuenta más pesada
recibes una ayuda extra: una mano que te consuela, un hombro para poner tu
cabeza o palabras alentadoras. Eso hará que la cuenta no parezca tan pesada...
Cuando
sirves a los demás, una energía es intercambiada con esas personas. Mientras les
entregas lo que necesitan, tú recibes una fuerza mayor: amor, buenos deseos,
agradecimiento... Eso servirá para que sientas tu vida más suave y tus cuentas
menos pesadas. Siempre que sirves, recibes un pago sutil y muy efectivo.
¿Quieres
más incentivos a servir?
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