Al final del arcoíris
Cuento la
historia de cómo, cuando era niño, un avión pasó sobre mi casa. Estaba muy
alto, el sol era tanto que tenía que usar la mano para proteger mis ojos, pero
no podía parar de mirarlo... Para mí, el avión era un símbolo de libertad y
cambio profundos. Cuando volé por primera vez, sentí esa exacta sensación:
¡Estoy libre!
Y ese ha
sido el final de mi arcoíris personal, donde se encuentra el pote de oro, donde
está lo que más sueño y amo. Mi visión de vida.
¿Cuál es el
final de tu arcoíris? ¿Cuál es este sueño que te genera la experiencia absoluta
de libertad, cuando es cumplido?
Hoy, sé que
el avión no es libertad - y volar es algo cada vez peor, con filas, seguridad y
muchos gastos. Pero, simboliza la libertad, y el símbolo es importante.
Todo símbolo
que generes, todo arcoíris que crees en tu mente, te va a acompañar de por vida
y en momentos de crisis, este símbolo te recordará de tu realidad. Porque el
sueño, en verdad no es sueño, es la realidad que todavía se está gestando.
Abandonar
tu sueño es como abortarlo... No lo hagas, deje que el sueño nazca y crezca,
disfruta su presencia. Vale la pena.
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