Ciencia, consciencia y silencio

Materia y espíritu tienen una hermandad intrínseca, dependiendo el uno del otro. El alma, o espíritu, depende de la materia, principalmente su propio cuerpo, para poder expresarse y experimentar. La materia sin alma, principalmente el cuerpo, no experimenta la increíble aventura que es la vida.

Ciencia y espiritualidad eran una sola. Los griegos, quienes crearon la base del pensamiento científico, a través de la filosofía y creencias tan increíbles como la repetición del ciclo del tiempo, expresaban su propia espiritualidad. En la historia, se observa que los primeros experimentos en las antiguas civilizaciones se daban en un templo o eran realizados por sacerdotes de una religión, la hija de la espiritualidad.

Pero, con el tiempo se separaron y se separaron, hasta que se volvió casi imposible volver a unirlos. Aunque ciertas religiones promueven el estudio científico, normalmente es para que este compruebe lo que los textos sagrados dicen, algo que es en esencia no-científico...

Dadi Janki, líder de Brahma Kumaris
¿Por qué deberíamos pensar en unir los dos? Personas realmente espirituales no se molestan con la ciencia. Conocen su uso y son capaces de relacionarse muy bien con científicos. Dadi Janki, líder mundial de Brahma Kumaris, cuenta al científico Humberto Maturana entre sus grandes amigos, y lo mismo pasa de parte de Maturana.

Pero es verdad que las personas religiosas tienen más dificultad de aceptar los conceptos científicos, y la ciencia no hace esfuerzos en abrazar a la religión como una forma válida de pensamiento y práctica.

Unirlos nos permitiría unir nuevamente la materia al espíritu, al menos simbólicamente. Después de todo, nadie puede vivir bien sin este equilibrio, y más de 30 años de práctica espiritual me ha demostrado como la entrega exclusiva a la religión, espiritualidad y, deduzco, la ciencia termina generando desequilibrios emocionales serios, entre otras consecuencias negativas.

A nivel individual sin embargo, es más fácil unir estas dos partes. Esa unión se da a través de la consciencia, que se basa en dos aspectos donde la ciencia y espiritualidad tienen impacto:

  • La consciencia surge a partir de un conocimiento. Aunque es un conocimiento espiritual, debe ser preciso, es decir, no contradecir la experiencia personal. A pesar de no ser científicamente verificable, resuena dentro del ser y hay una lógica que toca su razón.
  • El conocimiento solo se firma con la experiencia, que le da la forma a la consciencia. Si la experiencia va en contra del conocimiento, la consciencia sufre y la persona termina eligiendo un camino que no es necesariamente el mejor. A veces, elige el conocimiento y se agarra a una teoría que la hace vivir en constante duda; a veces, elige la experiencia, pero por no ser capaz de repetirla, pasa a vivir en un castillo en el aire, en un sueño que no existe.


¿Cómo funciona en la práctica? Digamos que trabajas en el área de sistemas... El conocimiento espiritual va a ayudarte a conciliar las horas de trabajo con tu bienestar interior, pues te explicará qué está pasando y por qué está sucediendo. La práctica de la meditación o contemplación reforzará eso a través de la experiencia que logras.

Comprueba tú mismo: concilia el conocimiento espiritual que tienes con tu vida personal, deja que el conocimiento explique las incongruencias que surgen en el camino, y a través de la práctica espiritual, vive este conocimiento en tu vida. Solo ten cuidado que el conocimiento sea realmente preciso, que no se contradiga sin explicaciones y que realmente aclare, no te entregue más misterios por solucionar.

Así, unes la ciencia y el silencio, la base de toda espiritualidad, utilizando la consciencia como el lazo básico.

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