La fascinación de viajar
¿Por qué a la gente le gusta tanto viajar?
La experiencia única de estar en un sitio desconocido donde eres desconocido permite a la persona explorar algo con una perspectiva única - parecido a cuando éramos pequeños niños. Al viajar, volvemos a ser niños, todo nos parece fantástico y maravilloso.
¿Cómo conciliar esta fascinación con la realidad? Viajar no es fácil... Vuelos son insoportables, viajar por tierra es muy largo y el mar es bastante peligroso. Es fácil ver caras amargadas en las largas filas de seguridad de los aeropuertos o los rostros cansados después de 12 horas en un tren. Es muy fácil que la fascinación por viajar se termine en un día...
En realidad, lo que queremos lograr cuando viajamos es esta oportunidad de revivir todo por primera vez, de ser nuevamente este niño, pero con la experiencia de una persona adulta. Por detrás de cada viaje está el deseo profundo de reinventarnos...
Lo que realmente queremos por lo tanto no es tanto viajar, sino descubrir, redescubrir y reinventarnos. La frustración viene cuando esto no se da...
Entonces, ¿para qué viajar?
Viaja dentro de tu mente. Descubre los talentos que aún no usaste, hablas con otras personas y reconoce lo grandioso que tienes, y deja que esto fluya libremente en tu vida y en la vida de otras personas. Redescubre tu vida, tu pareja, tu familia, tus amigos y trabajo; redescubre tu ciudad y país, tu gente y tu música. Redescubre a Dios, tu espiritualidad, tu ideología y filosofía de vida. Y reinvéntate: vive de forma distinta, rétate y supera los obstáculos que impiden que seas la persona que siempre pudiste ser...
La experiencia única de estar en un sitio desconocido donde eres desconocido permite a la persona explorar algo con una perspectiva única - parecido a cuando éramos pequeños niños. Al viajar, volvemos a ser niños, todo nos parece fantástico y maravilloso.
¿Cómo conciliar esta fascinación con la realidad? Viajar no es fácil... Vuelos son insoportables, viajar por tierra es muy largo y el mar es bastante peligroso. Es fácil ver caras amargadas en las largas filas de seguridad de los aeropuertos o los rostros cansados después de 12 horas en un tren. Es muy fácil que la fascinación por viajar se termine en un día...
En realidad, lo que queremos lograr cuando viajamos es esta oportunidad de revivir todo por primera vez, de ser nuevamente este niño, pero con la experiencia de una persona adulta. Por detrás de cada viaje está el deseo profundo de reinventarnos...
Lo que realmente queremos por lo tanto no es tanto viajar, sino descubrir, redescubrir y reinventarnos. La frustración viene cuando esto no se da...
Entonces, ¿para qué viajar?
Viaja dentro de tu mente. Descubre los talentos que aún no usaste, hablas con otras personas y reconoce lo grandioso que tienes, y deja que esto fluya libremente en tu vida y en la vida de otras personas. Redescubre tu vida, tu pareja, tu familia, tus amigos y trabajo; redescubre tu ciudad y país, tu gente y tu música. Redescubre a Dios, tu espiritualidad, tu ideología y filosofía de vida. Y reinvéntate: vive de forma distinta, rétate y supera los obstáculos que impiden que seas la persona que siempre pudiste ser...
De esta manera, tu fascinación nunca se acabará.
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