Como evitar las trampas del ego
Dentro de nosotros, hay un muñequito que es muy inquieto y no para de hablar. Ese muñequito, el ego , es en realidad la imagen que tenemos de quienes realmente somos. Siempre correctos, alegres, serios, comprometidos, trabajadores duros, llenos de vida, sabios, inteligentísimos, espirituales... Esas definiciones propias son parte del ego. Aunque a veces se usa como sinónimo de arrogancia, el ego también incluye la sensación de ser víctimas, de no saber nada, de impotencia, de ser pobre y otros aspectos que normalmente no se asocian a la arrogancia. El conflicto que el ego genera, su trampa principal, es el hecho de que los demás no nos ven como nosotros nos vemos. Sí, a veces están de acuerdo ( espirituales ...), otras parcialmente de acuerdo ( comprometidos ...), pero muchas veces están en desacuerdo total ( siempre correctos, alegres, serios, etc.). La razón es que las reglas que usamos para medir algo son distintas... Cuando trabajamos en la espiritualidad, este es uno de lo