Empacando maletas
A pocos días de mi viaje, ya empiezo a empacar maletas. O juntar maletas... voy juntando todo en un rincón, ordenado por lo menos para mí (esto va en tal maleta, lo otro irá en la otra...) y así puedo incluso darme al lujo de empacar una o dos horas antes de salir. Entonces, pienso sobre la maleta interna que cargo. Es una maleta razonablemente pesada - son 44 años llenándola constantemente. Con un trabajo espiritual que me he propuesto, la he logrado suavizar un poco, eliminar muchas de las traumas, apreensiones, situaciones que han sucedido en mi vida. Sé que todavía falta mucho para terminarla de empacar. Sé que falta mucho por aprender en la vida, mucho por liberar y dejar ir, dejar volar. Sé que todavía hay mucho que hacer, pero sé también que no debo perder el coraje y el aliento en hacerlo. Porque las oportunidades siempre surgen, y una maleta leve me permite verlas y seguirlas. En mi vida, me enfrenté con innumerables puertas cerradas. Durante un buen tiempo, de forma terca y c