Asertividad, autoliderazgo, negociación, relaciones saludables, comprensión, actitud
La actitud de la asertividad
Hace muchos años, la palabra ASERTIVIDAD empezó a circular por
ahí. Era algo novedoso, una actitud distinta que enfatizaba la autoestima,
dentro del contexto comunicacional, evitando la confrontación negativa.
Probablemente es la habilidad comunicacional más importante que
existe, pero todavía no es hablada mucho, y tal vez no tan practicada como
debería. Algunos de sus beneficios son muy claros:
- Aumento de la autoestima, en ambos lados de la conversación. El lado asertivo necesita autoestima para que esta habilidad funcione bien y si no hay autoestima al otro lado, es demasiado "baja" o demasiado "alta", tampoco funcionará.
- Mejores resultados en la negociación, generando satisfacción. El lado asertivo sentirá que sus pedidos y exigencias han sido escuchados y el otro lado los comprenderá mejor, pudiendo tomar una decisión.
- Una comprensión mayor de la necesidad de los demás. Si bien la asertividad sirve para expresar lo que realmente la persona piensa o necesita, puede ayudar en el desarrollo de la habilidad de comprender ya que todos tenemos puntos en común y una persona asertiva necesariamente reconoce lo que los une como un puente.
La asertividad, como una actitud, funciona como una plantilla
donde los pensamientos generados vendrán de la autoestima y serán ideas que
servirán de reafirmación a la persona. Es parte de la actitud de autoliderazgo,
parte del proceso de un individuo reclamar su poder para liderarse.
Quisiera enfocarme en este autoliderazgo y, con relación a esto, la
asertividad tiene dos funciones básicas:
- Afrontar sin enfrentar. Mira a las situaciones de frente, afrontándolas. Sin embargo, sepas que no necesitas enfrentar a las personas o situaciones; el enfrentamiento es la última instancia de un conflicto que, por lo general, se puede solucionar a través de varias maneras y la asertividad es una herramienta de empoderamiento.
- Defender sin contender. Defiende tus ideas, sin renunciar principios o vocación y específicamente, sin pelear con otros. Entra en el mismo principio anterior, pero especialmente en la etapa de la conversación o negociación en que la otra parte realiza sus demandas; es clave ser protector@ de lo que es valioso, sin la lucha que muchas veces sucede.
Pero, ¿cómo funciona?
Sin asertividad, sería bastante complejo realizar cambios en la
rutina diaria, sin causarle disgustos a la pareja o los vecinos, o bien empezar
un camino de meditador@ y esperar que la gente de tu oficina comprenda tu nuevo
estilo de vida...
La asertividad garantizará que logres hablar con tu pareja,
describiendo claramente tu nueva rutina diaria, negociando sin renunciar lo que
te es importante y llegando a resultados exitosos; lo mismo pasará en tu
trabajo y en todas las áreas que tocas en la vida.
Experimenta la asertividad y vive de una manera inspiradora.
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