Juegos de la vida

Una de las cosas que me parece increíble es la cantidad de juegos infantiles que se juegan en culturas muy diferentes... Por ejemplo, el escondite.

Ya conoces el ejercicio: una persona es escogida para encontrar a los demás, cierra los ojos y cuenta, dándole tiempo a los demás para esconderse. ¡Te encuentran, pierdes!

Ahora, traduzcamos eso a nuestro entorno actual, suponiendo que ya no juegues ese juego...

Hay un conflicto o una situación de crisis entre unas personas. Una de ellos, el@ líder, está con los ojos cerrados, es decir, no sabe exactamente la causa o su solución.

Sin embargo, hay ALGUIEN en su equipo que sabe; tal vez haya estudiado más o tiene una experiencia que el@ líder no tiene. El juego es encontrar a esa persona.

Cuando es encontrada a través de entrevistas o conversaciones informales, por fin el líder tiene la clave para resolver la situación.

Es posible que el líder no sepa quién tiene la llave, por lo que tiene que pasar por todos pacientemente, hablando, probando y verificando los resultados.

Podría ser una empresa o una familia, un pelotón o un grupo de estudiantes universitarios, cada vez que pensamos en un grupo de personas como equipo, el juego del escondite es una forma de lidiar con una crisis. ¡Te encuentran, todos ganan!

En realidad, todas las crisis, grandes o pequeñas, son una oportunidad para que juguemos  con otras personas, cambiando roles y actividades, desafiando ideas y paradigmas.

Pero siempre existe el riesgo de que olvidemos nuestra capacidad de jugar y usemos otras herramientas, como una pelea o incluso una guerra.

Por favor, no olvides los días de tu infancia... y úsalos como una experiencia valiosa para cualquier cosa que esté sucediendo en este momento.




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