Convirtiendo metas en realidades

A pocos metros de la llegada final de este año, debes estar recordando aquello que prometiste hacer, tus metas y objetivos del 2016. O, deberías…

Hay muchas discusiones sobre el éxito, pero casi todos están de acuerdo que es más factible que alguien sea exitoso si hay metas claras, es decir, se sabe a dónde llegar, cómo, cuándo y en qué medida.

La meta ayuda al ser a utilizar mejor su propia energía, pues sin eso la persona es como una manguera de jardín con mucha agua, pero sin nadie que la sostenga… Mojará mucho alrededor, dando una sensación de que se está cumpliendo algo, pero no necesariamente llegará a las plantas que más necesitan o con más potencial.

Piensa en el 2017: ¿Qué realmente quieres lograr en tu vida durante este año? Piensa, imagina, fantasía… No deseches ninguna idea, por más absurda que sea… Cuando la tengas clara en tu mente, por lo menos el qué, el proceso y resultados, conviértela en una meta: ¿En cuánto tiempo lograré esto, de qué forma y cómo voy a saber cuánto logré?

Tal vez los detalles no los tengas exacto con esta práctica, pero es importante tener una referencia, por ejemplo con relación al tiempo en vez de decir que lograrás algo hasta el día 3 de diciembre podrías hablar: antes de los chicos entrar en vacaciones o cerca de Navidad. Sobre el indicador que te estás proponiendo, debe ser tangible y no solamente me sentiré muy feliz.

Dos ejemplos:
Mi situación económica será estable, con ganancias mensuales no menores a US$ 2,000, antes de julio.
Mi experiencia espiritual me permitirá dialogar nuevamente con mi expareja, creando un espacio periódico de conversación y diálogo que se verá reflejado en un bienestar físico y mental, indicado por ausencia de ansiedad y menor estrés relacional. La primera etapa de este proceso sucederá antes de noviembre – la creación de un espacio periódico de conversación y diálogo. Lo demás, será para el 2018.

Estas declaraciones, sencillas o complejas, se convierten en verdaderos mapas para que camines el 2017 con una sonrisa en el corazón y esperanza a cada paso. No te preocupes ahora mismo a desarrollarlas en acciones prácticas – sí, tendrás que hacerlo, pero empieza plasmando la idea en una descripción de tu meta.

Y no esperes que el año comience: ahora mismo diseña tus metas del año. Sugerencia: trabaja entre 3 y 5 metas grandes y el mismo número de metas más fáciles de obtener.


¡Un feliz año cumpliendo tus sueños!

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