Reflexiones sobre la espiritualidad en los negocios

Hay pocas cosas tan opuestas como NEGOCIO y ESPIRITUALIDAD. Sus metas son muy distintas, así como el proceso que hay por detrás. Lo común es su gran variedad, pues ambos no se encajan en esquemas rígidos de categorización.

En la medida que ambos fueron evolucionando, la espiritualidad fue siendo remplazada por la religión. Ambas tienen aspectos comunes, pero ambas son distintas. Mientras una persona espiritual no siempre está asociada a una religión, no son muchas las personas religiosas realmente espirituales.

Esto sin duda afectó el restante de la sociedad y los negocios, un esquema muy ético de desarrollar los potenciales de cada uno, se fue convirtiendo en un medio de ganar dinero simplemente.

Al recuperar la espiritualidad, se espera que el impacto social sea grande. Uno de esos impactos sería el repensar de los negocios, de ser un medio de ganar dinero, a ser un medio de demostrar el potencial completo personal y permitir a los demás experimentar su propio potencial.

Pero no es así de sencillo, porque para recuperar la espiritualidad se necesita un esfuerzo extraordinario humano. Es experimentar ir más allá de la materia, la eterna pareja del alma, y sentirse espíritu. Es ir más allá de los sentidos y vivenciar la exquisita sensación que viene en simplemente ser...

Tampoco es demasiado complicado. Es natural ser espiritual, es natural sentir paz y amor, y otras cualidades que son innatas al propio ser. Ser espiritual es dejar que la naturalidad de ser tome cuenta de mí mismo, apartándome de mis roles y responsabilidades, enfocándome en mis pensamientos y sentimientos.

Desempeñar el rol de forma espiritual es no dejarse afectar por él. Hay una frase en la India que es "trabajar con las manos y mantener el corazón en Dios", que es la esencia de la espiritualidad en la práctica.

Ser espiritual no es no tener dinero, evitar hacer cosas o quedar estancado en la vida. Significa entender qué quieres para tu propia vida y actuar con base en eso.

Una persona realmente espiritual es muy enfocada, trabaja feliz y está contenta en todos los momentos. Eso genera una vibración distinta que termina influyendo en lo más mundano.

Al trabajar en la propia espiritualidad, naturalmente rescatamos la esencia de los negocios, recuperamos sus valores éticos más profundos y el sentido de hacer algo. El dinero pasa a ser consecuencia, una muy bienvenida consecuencia, pero definitivamente no la razón de realizar negocios.

De esa forma, convertimos lo opuesto en complementario, y caminamos de forma segura en un camino de plena realización personal, sin perder realizaciones materiales por eso.

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