La importancia de trabajar
Seguimos con nuestro
trabajo sobre el ikigai.
Trabajar, ¿castigo o recompensa?
En varios textos se muestra el trabajo remunerado como algo
duro y difícil, castigo por algún pecado cometido. Incluso en la mente popular,
las personas más ricas suelen ser visualizadas como gente que disfruta mucho, se
pasa de fiesta en fiesta y, obviamente, no trabaja…
O si trabaja, hace algo leve, agradable e interesante,
obviamente no lo que haces tú o yo… En otras palabras, trabajar no importa, lo
que importa es el dinero o el confort físico. Sin embargo, todo ser humano
tiene cuatro funciones básicas[1] y
una de ellas corresponde a producir;
es decir, ser humano implica necesariamente trabajar.
¿Por qué esa sensación general de dificultad relacionada al
trabajo? ¿Por qué disfrutar está
asociado a no trabajar, o trabajar poco? El ikigai entrega una fabulosa respuesta: Tu trabajo solo te da satisfacción cuando además de ejercer tu profesión o carrera, estás haciendo
algo que esté de acuerdo a tu vocación.
En otras palabras, son pocos los trabajos en que una persona
siente gusto porque aplica lo aprendido por ella a través del conocimiento
adquirido de manera formal o informal, lo que llamamos profesión. Menos aún son los trabajos donde el individuo recibe
placer porque está haciendo lo que está en su vocación, aquello que vincula a un plano superior.
Esto significa replantear. ¿Qué? Todo lo relacionado con el
trabajo.
- Si hay otro trabajo que puedes realizar donde sientes que tu profesión y vocación están unidas, no pierdas tiempo: cambia. ¡Ya!
- ¿No conoces tu vocación? A pesar de la religiosidad aparente del término, es fácil descubrir la verdadera vocación a través de una reflexión: ¿qué hago que me hace transcender el momento, las situaciones y la realidad? Para unir los dos aspectos, puedes reflexionar sobre: ¿qué profesión o carrera que me hace transcender el momento, las situaciones y la realidad?
- Si sientes que este trabajo en el que está no permite que vivas tu vocación y tal vez ni siquiera tu profesión, pero no puedes cambiarlo, hay una alternativa: ¿de qué manera lo que hago hoy me puede hacer transcender el momento, las situaciones y la realidad? La respuesta no es sencilla, pero puede ser:
- Del punto de vista de la profesión:
- Estudiar otras carreras.
- En momentos libres largos – fines de semana o vacaciones – dedicarse a trabajar en posiciones alternativas.
- Transformar el trabajo en un escalón y entrar en el mundo del emprendimiento.
- Entrar en un proceso de mentoria, facilitación o coaching.
- Para la vocación:
- Meditar de vez en cuando, durante el horario laboral.
- Equilibrar el trabajo con voluntariado (obviamente, fuera del horario laboral).
- Todos los días, antes de comenzar a trabajar, recordarse a sí mismo de la vocación personal.
- Todos los días, al finalizar el trabajo, verificar cuánto del día laboral estuvo unido a la vocación.
[1]
Para más información, te recomiendo el libro de mi autoría El Camino hacia el Autoliderazgo, publicado por Brahma Kumaris. Las
cuatro funciones son: producir,
procesar, ampliar la consciencia y
compartir.
Comentarios
Desde Argentina y en momentos desafiantes, saludos