Olvido y recuerdo

Mucho de la espiritualidad oriental depende de dos conceptos: recuerdo y olvido.

El primer concepto no es simplemente el recuerdo imaginario que a veces tenemos. Por ejemplo, busca recordar una celebración de cumpleaños de tu infancia. Básicamente este recuerdo contiene imágenes, sonidos y sensaciones diversas específicas; igualmente, evoca emociones diversas y otros recuerdos correspondientes.

En hindi, smrit significa tanto recuerdo como consciencia, y esta es la clave. Volviendo al ejemplo anterior, ¿qué consciencia tienes al invocar este recuerdo? Tal vez no la puedas observar, pero puede ver efectos de ella en tu comportamiento como una sonrisa u ojos más brillantes.

Meditar es fundamental recordar; es ir a un estado original de paz y una esencia de todas las cualidades importantes que el ser contiene. No es crear algo nuevo o inventarse nuevas ideas, sino recuperar lo que ya existe en el ser, pero se perdió.

A esa pérdida, llamamos olvido. Observen la expresión: perdón y olvido. Muchas personas tienen dificultad con eso, pues no logran olvidar lo que le hicieron, aunque logren perdonar.

El olvido consciente es benéfico, lo que significa borrar la consciencia asociada a esa situación. Digamos que en la fiesta de cumpleaños que recordaste, descubriste que tus padres no eran tus padres, eras un hijo o hija adoptivo. Además del gran oops que eso implica, imagina la carga emocional que viene de esta simple información...

Olvidar algo desagradable es ser capaz de entender (recordar) la consciencia que se despertó con este conocimiento y, a través de varias prácticas, incluso la meditación, ser capaz de crear otra consciencia que remplace la avalancha emocional con algo como el agradecimiento profundo de haber recibido un hogar maravilloso, lleno de amor. Los hechos tal vez no los puedas olvidar pero sin duda lo puedes hacer con relación a la consciencia.

Enfócate en recordar lo mejor y alivia las malas memorias con un olvido poderoso y sanador.

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